Andalucía es una comunidad autónoma española, considerada nacionalidad histórica.[2] Está compuesta por las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla. Su capital es Sevilla, ciudad reconocida por el Estatuto de Autonomía como sede de la Junta de Andalucía. La sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía se encuentra en la ciudad de Granada.
Es la comunidad autónoma más poblada de España (8.353.843 habitantes a 1 de enero de 2010)[3] y la segunda más extensa, lo que explica su peso en el conjunto de España. Se encuentra situada al sur de la península ibérica; limitando al oeste con la República Portuguesa, al sur con el océano Atlántico, el mar Mediterráneo y el reclamado territorio británico de ultramar de Gibraltar, al norte con la región de Extremadura y Castilla-La Mancha y al este con la Región de Murcia.
En 1981 se constituyó en comunidad autónoma, al amparo de lo dispuesto en el artículo segundo de la Constitución Española de 1978, que reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones españolas. El proceso de autonomía política se cursó a través del procedimiento restrictivo expresado en el artículo 151 de la Constitución, lo que hace de Andalucía la única comunidad española que accedió a la autonomía a través de dicho procedimiento. El preámbulo del Estatuto de Autonomía de Andalucía de 2007 dice que la Constitución de 1978, en su art. 2, reconoce el espíritu de la asamblea de Córdoba de 1919 que definió a Andalucía como una "realidad nacional" . Posteriormente, en su articulado, habla de Andalucía como nacionalidad histórica. En el anterior estatuto de autonomía, el Estatuto de Autonomía de 1981 o Estatuto de Carmona, era definida en el art. 1 como "nacionalidad".
El marco geográfico es uno de los elementos que da singularidad y personalidad propia a Andalucía. Desde el punto de vista geográfico, podemos distinguir tres grandes áreas ambientales, conformadas por la interacción de los distintos factores físicos que inciden sobre el medio natural: Sierra Morena –que separa Andalucía de la Meseta–, los Sistemas Béticos y la Depresión Bética que individualizan la Alta Andalucía de la Baja Andalucía.
La historia de Andalucía es el resultado de un complejo proceso en el que se fusionan a lo largo del tiempo diferentes pueblos y culturas, así como diferentes realidades socioeconómicas y políticas. A pesar de la contemporaneidad de la formación del Estado Autonómico Andaluz, no se puede olvidar la impronta que han dejado por el actual territorio andaluz pueblos como el íbero, el celta, el fenicio, el cartaginés, el romano o el musulmán.
La realidad económica andaluza actual está marcada por la desventaja de Andalucía con respecto a los marcos globales español y europeo, básicamente por la tardía llegada de la revolución industrial, dificultada por la situación periférica que adoptó Andalucía en los circuitos económicos internacionales. Como consecuencia, queda el menor espacio relativo de la industria en la economía y el gran peso que aún posee la agricultura e hipertrofia del sector servicios.
La cultura andaluza es fruto del paso de diferentes pueblos y civilizaciones que, con el tiempo, han ido conformando una identidad cultural particular. Estos pueblos, algunos muy diferentes entre sí, han ido dejando una impronta lentamente asentada entre los habitantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario